Aquí encontrarás consejos, historias y recursos para hacer que tu transición al veganismo sea más sencilla, real y tuya.
Ser una persona vegana significa vivir siguiendo una postura ética donde intentamos evitar todo tipo de sufrimiento y explotación animal.
Esto implica no solo la alimentación (que es donde mayor impacto vamos a tener), sino que también aplica al consumo de productos de cosmética, de limpieza o ropa, e incluso el entretenimiento, por ejemplo, evitamos los zoológicos o los paseos a caballo.
La primera vez que oí la palabra veganismo fue cuando una amiga de la infancia me contó que se había hecho vegana. Le contesté a modo risas que no podría vivir sin queso, pero no ahondamos más en el tema. A partir de entonces, la idea no hizo más que crecer en mí, pero había muy poca información por entonces, no conocía a más personas veganas y dar el paso se sentía como dar un paso hacia el abismo. Con los años he aprendido muchísimo y he recopilado mucha información, no te la voy a soltar toda aquí, pero sí te voy a dar las claves que van a hacer tu camino mucho más fácil.
Verónica Larco
Hay muchas razones para elegir el veganismo, puede que empieces por una, pero, al final, todas son válidas y sobran las razones
¿Sabías que cada año matamos unos 80 mil millones de animales (10 veces la cantidad de seres humanos) por su carne?
Sin contar peces porque son tantos que solo conocemos las toneladas.
Fuente: Our World in Data.
Numerosos estudios han demostrado que los alimentos vegetales y las alternativas a los productos de origen animal pueden reducir el impacto climático hasta en un 90%.
Fuente: FoodSystemData.org
Hay numerosos estudios que indican que una alimentación basada en vegetales es más saludable que una con un alto consumo de alimentos de origen animal.
Además, es totalmente viable tener una dieta vegana en cualquier etapa de la vida.
La producción de productos de origen animal supone en muchos casos el desplazamiento o el empobrecimiento de comunidades autóctonas.
Además, se prevé que la población mundial alcance los 10.000 millones de personas en 2050, y un sistema alimentario más basado en animales, es decir, más sostenible, puede asegurar un mejor reparto de alimentos y recursos.
Personalmente, soy vegana porque un día me di cuenta de todo el sufrimiento que producían mis decisiones de consumo (principalmente) y no podía seguir sabiendo que yo formaba parte de eso.
Si te ves muy perdido/a en cuanto a nutrición, el mejor consejo que nadie te puede dar es que pidas asesoría de una dietista-nutricionista especializada en alimentación vegetal.
No solo te enseñará a comer de forma saludable, sino que te ayudará a mantenerlo en el tiempo y que no resulte frustrante. Tener a alguien que sepa qué te gusta, cuál es tu estilo de vida, si tienes tiempo para cocinar o si practicas deporte, puede serlo todo para que de verdad puedas mantener este estilo de vida a largo plazo.
Como ya hemos visto, ser vegano también significa mirar más allá del plato: la ropa que usamos, los productos de higiene, los cosméticos, la forma en que viajamos o consumimos entretenimiento.
No hace falta cambiarlo todo de golpe, pero ir revisando con cariño esos aspectos hace que el veganismo se convierta en algo más coherente y profundo.
Empieza por lo que más te resuene y ve poco a poco.
De la ONG ProVeg, te proporcionarán menús, recetas, consejos y todo lo que necesitas saber. Puedes elegir si quieres hacer un reto vegano, vegetariano o con algunos días sin carne.
Donde puedes encontrar todo tipo de establecimientos veganos, vegetarianos. Viene genial para viajar o no terminar comiendo solo unas patatas con kétchup en un bar random.
Un libro de Tobias Leenaert que te da una visión pragmática del veganismo con ejemplos concretos de cómo ayudar de forma más eficiente a los animales.
¿Quieres ponerte en contacto conmigo, tienes alguna duda o quieres proponerme una colaboración? Envíame un mensaje a través de este formulario